El malestar industrial y cultural de unas kicks
Mientras unos le decían adiós a un año un tanto difícil y lleno de nostalgia, otros le daban la bienvenida al año actual y que parece tener (o parecía tener) todo a favor. Pues el reciente regreso de Headhunterz a los escenarios de hard y que el sello de Hardwell sacará hard dance, incluso que se vieran nombres nuevos dentro del Top 100 era de aplaudirse. Pero, desafortunadamente, esto no se trata de lo que estuvo bien en el 2016.
No sé ustedes como vivieron el inicio de año, pero en mi caso fue bastante triste, pues al despertar y entrar a redes sociales estaba corriendo el tema de Atmozfears y Energyzed. Un tema que desató mucha tristeza dentro de la escena pues no es la primera vez que escuchamos que alguien se acredita material ajeno como si fuera suyo.En fin, con toda esta polémica se destapó otro gran escándalo que ahora es motivo de burla y de decepción en algunos foros; Deako y le venta de kicks creadas por artistas como Cyber y Noisecontrollers.
No es la primera vez que escuchamos sobre este tema y tampoco es la primera vez que un artista se queda sin label por este tipo de acciones. A pesar de que Deako confesó que sí había hecho mal uso de material que no le pertenecía y que lo hizo por «ayudar» a otros; ese acto de «buena fe» y la pelea entre Atmozfears y Energyzed sólo demostró un malestar que siempre ha existido tanto en nuestra escena como en la industria musical en general. Una pregunta que muchos artistas, disqueras e incluso abogados han tratado de responder si está bien o mal: Si la música es cultura y la cultura es de todos ¿entonces puedo usarla para crear más música y crear más cultura?
Una pregunta a la que muchos dicen no, otros dicen sí y unos cuantos dicen «si le pagas al autor intelectual por el uso de algunos de sus sonidos, sí». En lo personal, creo que es una pregunta un poco conflictiva, más si eres un artista que está tratando de darse a conocer y no puede porque algún artista prestigiado decidió llamarle y comprarle un sonido con la excusa de hacer único alguno de sus singles.
Esto seguro que les suena bastante familiar, pues es el caso de los ghost producers. Como muchos de ustedes sabrán, este tipo de producción se da en todo el ámbito de la industria musical por lo que decir que tal y cual artista es «único» podría ser un gran error.
Olvidemos por un momento que estamos hablando de la escena hard, enfoquémonos en la música como tal. Muchos de ustedes sabrán que la música además de crear cultura, crea identidad, haciendo que cada uno de nosotros nos inclinemos más un tipo de sonido y/o género, pero ¿nunca les ha pasado que están escuchando una canción y cuando empieza otra, suena relativamente igual? No sé mucho de música pero lo que sí les puedo decir es que cada género está influenciado por una línea sonora; digamos que cada uno tiene su formula “secreta” y tristemente esto no quiere decir que sean originales. Tal vez en algunas cosas pero la música es el refrito del refrito del refrito de alguien más. Si alguien de los que está leyendo ha visto “R.I.P. A Remix Manifesto!”, entenderá perfectamente que nada en esta cultura global puede ser considerada como “original”, pues aunque no conozcamos toda la música que se ha producido desde que se comenzó a grabar y a guardar, el decir que algo es único, podría hacernos ver como unos neófitos en la industria musical, pero lo que sí nos puede dar la sensación de que algo es «fresco» es la estructura, el sonido y el trabajo de producción (efectos) que se usan.
Retomando el tema del uso indebido de material en la escena hard (especialmente el de las kicks) y recordando el manifiesto principal del documental anteriormente mencionado, deberíamos de preguntarnos si las «kicks» también entran en este malestar. Sabemos que la «kick» hace que identifiquemos a un DJ porque se supondría que la hizo él y no la sacó de otro lado, pero ¿quién decide qué está bien o mal usarla en producciones ajenas, el autor intelectual, el público, la disquera o la cultura? Todos sabemos y entendemos que la música se ha vuelto más que una cultura, se ha vuelto una forma de hacer dinero tanto para el artista como para las disqueras; algo que claramente está muy bien porque nadie que se dedique a lo que le gusta puede sobrevivir del aire y de aplausos, pero lo que nunca he entendido es por qué la gente se molesta por el uso de unas kicks si se supone que lo que se quiere crear es una cultura. No estoy diciendo que esté bien robarlas y decir que las hiciste pero ¿por qué no pagarle al autor intelectual por el uso de ése material? Desde mi punto de vista, es más ético pagarle a alguien por el uso de una parte de su material a decir que tú hiciste eso.
En el caso de Deako y la venta de material a personas que supuestamente estaban aprendiendo, creo que fue un acto de buena fe sin pensar en las consecuencias legales que podría traer. No es noticia que existan plataformas llenas de kicks que pertenezcan a nuestros DJs favoritos y que se pueden bajar como si nada, el punto aquí es el cómo usas ese material que alguien decidió poner en línea para que aprendas a producir hard. Estaría en un gran error en decir que las personas detrás de esas plataformas no pagarán por ello, porque no lo sé, pero lo que si se, es que existen miles de personas que ven a la música como más que una industria y por ende buscan compartirla. No sé si Deako lo ve así o no, pero el hecho de ver a la industria como algo más legal que cultural nos ha hecho creer que todo está protegido y en gran parte es así, pero existen fieles creyentes que la música debe de ser compartida y no debe ser vista como un objeto material por el que pagas y es tuyo hasta que ya no lo quieres.
Cada quien tendrá su punto de vista pero en lo personal creo que ver a la música y al proceso sonoro como un objeto, le quita esa plusvalía de ser vista como algo cultural.