El Mundo

Controversia mundial por Bad Bunny en Tomorrowland

Si hay algo que realmente incomoda a una gran mayoría de fans que escucha música electrónica en Latinoamérica es el hecho que artistas de reggaetón o su música se promocionen en cualquier escenario relacionado con nuestro género.

Por ahí dicen que el reggaetón apesta, no sabemos por qué, pero apesta.

Y solo por presionar un botón de todo esto hay que remitirse a los hechos del sábado en Tomorrowland cuando Bad Bunny fue presentado por Alesso en el escenario principal de dicho festival. Las redes sociales estallaron en contra del artista sueco y en cuestión de horas, con la propagación de la noticia, los años de esfuerzo en consolidar la reputación de una carrera de éxitos parecería irse abajo.

Y bueno, usted me preguntará, ¿A qué se debe este sentimiento de rechazo sobretodo en nuestra región?

Es muy difícil poder describir en una sola respuesta todos los sentimientos que genera el reggaetón en Latinoamérica, sobretodo en las generaciones de los años 90 para atrás, pero en especial para nuestra comunidad, cuando se habla de este tema, se habla de algo que parece no tener un fondo correcto.

Posiblemente es el hecho del contenido explícito de violencia, drogas y poca valorización de la mujer que tiene el reggaetón que, sumado al poco conocimiento por parte de los artistas de la música electrónica sobre los problemas que vive Latinoamérica, sean lo que genera este sentimiento en mucha gente.

Sólo como ejemplo, Alesso ha mencionado muchas veces que ama esta región, pero pese a eso, creo que nunca ha tratado de consultar las estadísticas que retratan una región donde una de cada tres mujeres ha sufrido algún tipo de violencia verbal o física según las Naciones Unidas a través de CEPAL y su foro rojo.

En conversaciones con psicólogos y sociólogos amigos en Quito, Ecuador, de los trece a los cuales pude acceder a debatir sobre este tema, los 13 coincidieron que el reggaetón es una causa de la elevación de casos de maltrato a la mujer en los últimos 15 años en Latinoamérica. De hecho, si bien variaban en su terminología, la conclusión a la que llegaban todos era la misma: “La adopción de las conductas de uno como ser humano, viene influenciada por las personas que acoges como tus líderes y sus mensajes”.  Quizás, bajo esta conclusión, el reggaetón sí tiene que ver con las cifras de maltrato a la mujer de CEPAL y su foro rojo, y los artistas como Alesso, que invitan o se toman fotos con Bad Bunny, se contradicen entre su mensaje y sus acciones por simple ignorancia entonces. Quizás la razón de fondo por la cual exista tal repudio hacia este género por parte de la comunidad electrónica es porque sus seguidores no sienten que sus representantes están practicando los valores de respeto, tolerancia, unidad y libertad que la comunidad tanto habla al juntarse con personas que, según su juicio, han degenerado a su comunidad. Pero, si este enunciado fuese correcto, ¿Por qué algunos de los mismos críticos que tanto estallaron las redes el fin de semana en contra de la presentación de Bad Bunny suelen bailar con las canciones del boricua los fines de semana?. ¿Esto tampoco no es contradecirse?

Quizás, a este punto y a dos semanas de haber iniciado este artículo me quedo sin una respuesta muy clara a tanta hipocresía de personas de lado y lado.

Personalmente, no creo que ningún artista deba bloquear su capacidad de querer llevar su música a donde su visión y creatividad se quieran enfocar, pero si de algo estoy seguro, si es que desea colaborar debería informarse, no solamente de la reputación que tiene el otro artista en el mercado como captador de fanáticos sino también el mensaje que promueve y su impacto positivo o negativo en su comunidad ya que, al no hacerlo como Alesso, puede perder infantilmente una reputación forjada por años. No se trata de generar un boom mediático o de marketing, se trata de crear un modelo que permita a las personas crecer en su sentido moral y ético, en donde la comunidad como tal se merezca representantes más ecuánimes con su modo de proceder con los valores que esta escena se basa y habla. Como fans, debemos ser firmes en cuanto a no aceptar a personas las cuales su posición sea el maltratar a los demás para sobresalir. No se trata de caer en el extremismo ya que caeremos vanamente en el fundamentalismo y él mismo nos guiará ciegamente hacía la pelea, se trata de aplicar un principio que este género nos ha enseñado: respeto a todos y respeto hacia uno mismo.

Juan Cortez
Content Creator and Colaborator Quito, Ecuador.

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